sábado, 18 de junio de 2016

La soledad Docente

Mucho se discute acerca de la labor docente. Y es que la educación necesita de personas 100% convencidas de que ese es el lugar en el que quieren estar. Los docentes necesitamos pasión, vocación, preparación, actualización, disposición, imaginación, adaptación y creatividad, por supuesto puede que este dejando de lado una larga lista de características por fuera.

El docente, siempre amable, paciente y dispuesto, debe también tener tiempo, aunque literalmente no sea el caso, para planificar (contenidos, estrategias, herramientas, materiales), revisar evaluaciones, atender a los representantes en las entrevistas (celular, bodega, esquina, autobús, terminal, restaurante, centro comercial); atender reuniones y consejos docentes, Congresos, talleres, universidad, hogar, esposo, hijos, mascotas, ropa, salud, familia, comidas, sin importar si es entre semana, fin de semana, días feriados, de noche o de día.

En definitiva, el rol de docente es uno que exige y demanda muchas cosas de quién le ejerce. Nos demanda profesional, personal, moral y éticamente. Nosotros enseñamos, formamos, acompañamos, animamos, organizamos, creamos, escuchamos, abrazamos, felicitamos, sancionamos, evaluamos y otro largo e interminable etcétera.

A los docentes se les evalúa desde el departamento de evaluación, desde la Coordinación Pedagógica y de Media General o Primaria (dependiendo el nivel en el que enseñes), Dirección, Zona Educativa, Distrito Escolar, estudiantado, padres y representantes y comunidad en general.

Desde mi punto de vista, hay demasiadas manos señalando en la dirección del docente. Hay ojos, oídos y bocas dispuestas a criticar, vilipendiar, humillar, cuestionar y denigrarle. No quiero decir con esto que los docentes no estemos abiertos a las sugerencias, consejos y críticas constructivas. Para nosotros, sobre todo en nuestros primeros años dentro de las aulas, es necesario que nos supervisen personas experimentadas de manera que puedan decirnos donde existen posibles fallas en nuestra planificación, evaluación o, en general, en nuestra forma de dar las clases. Necesitamos que nos den tips para aprender a controlar la disciplina, a manejar a los padres, organizarnos mejor, a redactar nuestros proyectos, entre otros.

La profesión docente es una que exige mucho, pero que deja poco como recompensa. No me mal interpreten, me encanta encontrar ex estudiantes que me abrazan y me cuentan lo que estan haciendo en la actualidad, me fascina llegar al Colegio y ser recibida con abrazos y besos. adoro esos pequeños detalles de los niños, un dibujo, un trocito de galleta, un caramelo. Me reconforta saber que hay huellas que estoy dejando que jamás se irán. Pero un "gracias" de vez en cuando hace falta y, no de los niños, de la institución, de los padres, de los pares; porque no hay nada que llene el alma como ser reconocidos por los que te rodean, por tus pares. Nuestro salario es uno que da lástima,aunque doy gracias a Dios cada día por tener mi trabajo, algunos de mis estudiantes hacen más dinero que yo en un fin de semana, que yo en una quincena. 

Es, de cierto modo, indignante, ser "acompañado" por supervisores de Distrito Escolar que tienen menos tiempo en el ámbito docente, que tú; solo porque apoya cierta tendencia política y no por méritos. 

Pero una de las situaciones que mas me desconsuela, es nuestra soledad de padres que nos acompañen en el camino de la formación de los niños y adolescentes que estan bajo nuestra tutela en las aulas. Como los padres justifican todas las acciones de los muchachos, aunque algunas de estas rayen en lo vandálico. Que nos quiten todo vestigio de autoridad acusándonos de etiquetar a sus hijos, aunque después lleguen a casa y les den una reprimenda física. ¿Para qué lo hacen? si ya los muchachos se ríen en nuestra cara, nos gritan, nos insultan, tienen malas costumbres, pésima actitud y una ausencia, casi total, de valores.

¿Qué sucede con los padres de ahora? ¿Qué piensan que estan haciendo con sus hijos? ¿Es que acaso tener todo en bandeja de plata les ayudará en su etapa adulta? ¿Es que para tener un trabajo no se necesita de disciplina, responsabilidad, honestidad, proactividad? ¿Cómo es posible que amenacen o que reduzcan al docente porque se quiere imponer sanciones?

Algunas personas me dicen, no te preocupes tanto, no te des mala vida, limítate a hacer lo que te corresponda. Descubrí entonces, que la docencia es el único trabajo en el que se te desalienta por ir un poco más allá. Es la única profesión en la que no se obtiene ninguna recompensa, aparte de las emocional, por hacerlo bien. La docencia es la única profesión en la que esta implicita la necesidad de ser, de alguna manera, alguien mediocre. Porque para mi alguien que tenga que hacerse de la vista gorda, limitarse a lo estrictamente necesario, hacerse el loco, NO es un maestro. Ese tipo de personas NO son buenos profesionales. 

La tarea del maestro debe ser buscar, incansablemente las maneras de sembrar semillas saludables que crezcan para ser árboles fuertes, robustos; llenos de frutas deliciosas y flores hermosas. Construimos los puentes en los que se desplazará nuestro futuro, solo eso. Abandonar al profesor, es abandonar a su suerte, el destino de una nación. 

Los maestros deben dar con amor, preocuparse con dedicación, acompañar con celo. Al menos esa es la percepción que yo tengo, que yo manejo, entre mis creencias. 

Hay muchas maneras en las que un ser humano puede estar solo. Pero a mi la soledad que más me duele, es la del Docente. 



Twitter: @asteropea