jueves, 4 de agosto de 2016

MI PROPIA FILOSOFÍA DE ENSEÑANZA/APRENDIZAJE DE LAS LENGUAS EXTRANJERAS


      En la actualidad ser un docente representa tener que enfrentarse a incontables horas de trabajo dentro y fuera del aula de clases, ya que las matrículas crecen sin parar. Tener que lidiar con todo el papeleo administrativo, que significa muchas veces tener que realizar modificaciones a tu planificación, propuestas y estadísticas de último minuto.

      Ser docente significa mucho más, significa establecer una conexión con tus alumnos y su realidad cotidiana. En ocasiones, significa tener que sentarte a escuchar sus problemas y situaciones familiares. Incluso, sobre sus corazones rotos. Todo este preámbulo, es para poder englobar la idea de lo que representa ser un docente.

      Es por ello, que al inicio, se nos hace cuesta arriba poder engranar nuestra práctica educativa con la realidad del salón. Encontrar relación entre lo aprendido en la universidad puede parecer un universo distante a la práctica. Todo reside, en mi opinión, en encontrar relación entre ese espectro intangible de realidad y lo que los teóricos han venido estudiando.

      Yo consideraba que mi práctica educativa estaba ampliamente orientada hacia el enfoque constructivista, ya que mi proceso de planificación de los contenidos que se desarrollarían en un lapso, comienza con la discusión de estrategias y de evaluación con mis estudiantes. Establecemos objetivos a alcanzar durante el período escolar, lo que nos traza un mapa a seguir.

      Sin embargo, al iniciar la Maestría pude identificar varias fallas importantes en mi desempeño. El desconocer y desligar la práctica de la realidad educativa, puede conducirte a ser un docente que reproduce fracasos. Sin darme cuenta, precisamente por desconocerlo, que mi método de enseñanza era el de Gramática-Traducción, que generalmente comenzaba por el uso correcto del diccionario y luego con la forma más idónea para ellos descifrar el significado, ajustándolo a la realidad y a como ellos consideraban esa información sería en el español. Creía que de esta manera, ellos irían moviéndose de terrenos, aprendiendo vocabulario, estructuras, pero la realidad era que difícilmente las ponían en la práctica oral. Mi error fue pensar que los estudiantes, por no tener una base, por lo menos básica en el dominio de estructuras muy fáciles e iniciales, no podrían ser capaces de producir. O por no manejar la pronunciación, sería un trabajo inmenso. La puesta en práctica de otros métodos, con los que me puse en contacto por primera vez dentro de la maestría, me permitió descubrir, no solo las potencialidades de mis estudiantes para enfrentarse a nuevos contenidos y estrategias, que los motivaron infinitamente a participar y a la producción, aunque con errores en los que fuimos trabajando. Descubrí también una faceta de mi propia personalidad docente que no conocía, mis expresiones, la facilidad para hacer llegar el mensaje, el uso de materiales que antes no habría imaginado como emplearlos.

      En la actualidad, he adoptado elementos tanto del conductismo como del constructivismo. Me gusta dar los espacios para el ensayo y error, para la participación activa, para las preguntas; pero también me gusta mantener el orden a través de los refuerzos, ya sean estos con palabras, puntuación e incluso a veces con ciertos castigos, debidos sobre todo a la conducta.

      Me he propuesto, tratar de desarrollar en los estudiantes un mayor interés por el inglés debido a la importancia que este representa para la comunidad donde vivimos, ya que siempre hay mucha concurrencia turística internacional, y lo cierto es que no se cuenta con un servicio de atención para usuarios de otras nacionalidades y lenguas. Por otra parte, comprender también que el mundo globalizado de la actualidad nos lo exige, en todos los niveles educativos y profesionales, ya sea para tener acceso a información científica y técnica, a la tecnología de vanguardia y a posibilidades de mayores oportunidades de conseguir empleos tanto dentro como fuera del país, que amplien sus oportunidades de éxito. Hago esto ya que ellos, después de varias conversaciones, me expresaron que veían al inglés como una lengua distante y ajena a ellos, carente de sentido el manejarla.

      Por otra parte, he tratado de incorporar diferentes estrategias dentro del salón, sonidos, imágenes, lecturas, producción escrita, de manera que se puedan abarcar todos los estilos de aprendizaje. También, he comenzado a tomar en consideración los filtros afectivos señalados por Krashen, generando tranquilidad, confianza, espacios de compartir entre grupos y espacios para reír de nuestros propios errores y avanzar.

      Uno de los métodos con el que he tenido mayor éxito, es con la implementación del Directo.    Los estudiantes inmediatamente notaron el cambio en la forma y respondieron de manera positiva. Trabajamos, por ejemplo en base a una imagen y a través de preguntas generadoras, solicitaba a los estudiantes hacer una observación profunda de la imagen y describirla lo más detalladamente posible. Esta actividad generó gran interés y los estudiantes no dudaron en hacérmelo saber.

      A partir de esa experiencia, me solicitaron realizar más actividades orales.

      Ahora nos hemos propuesto realizar más presentaciones orales, hablar sobre temas más variados, ya que quieren ser capaces de realizar un vídeo como evaluación final, que puedan compartir con estudiantes de otros países, de inglés como nativos o como lengua extranjera.

      También es importante tener la capacidad de emplear lo que esta en boga para ellos y usarlo como herramientas. Una de las maneras en las que yo pude conciliar el uso de redes sociales y celular, fue a través de grupos privados para cada salón donde dejaba material, compartía canciones o páginas especializadas en la enseñanza de otros idiomas, les dejaba preguntas acerca de algún vídeo o acontecimiento. También usé el celular para que tomaran fotografías y luego las discutieran de manera oral e hicieran un pequeño informe escrito donde vaciaran la información, en el salón.

      Los docentes también debemos ser capaces de tomar decisiones en pro de los estudiantes que estan bajo nuestra guía, por ejemplo, a la hora de traer a nuestra planificación contenidos que consideramos necesarios pero que no se encuentran dentro del currículo establecido, ni de los libros empleados. Darnos cuenta de que no todas las nuevas estrategias propuestas funcionaran en todos los espacios. Pablo Arnáez (2005), considera que a veces la actualización teórica contrasta notablemente con las carencias teórico-prácticas de algunos docentes, en ocasiones completamente ajenos al devenir científico y humanístico, lo que pretende señalar, que debemos estar abiertos a los cambios. Pero que una vez los haya, realmente actuar acordes, reconciliar la práctica con la teoría.

      Las creencias del ser docente como mediador de los procesos de Enseñanza/Aprendizaje deben llevarlo a crear el contexto ideal, tal vez no para todos pero al menos, para el mayor número de estudiantes, motivar al grupo a participar abiertamente ya que saben que no serán juzgados sino recompensados por su esfuerzo, adaptar sus estrategias de enseñanza a los diferentes estilos de aprendizaje, y por último desarrollar una planificación y evaluación que se ajuste no solo a las necesidades de los estudiantes, sino que los acerque a la realidad económica, social y cultural de esa comunidad donde residen.  

Twitter: @asteropea

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario...